Tel Aviv, 5 jul (PL) Para desconcierto de muchos ciudadanos del mundo, durante el 2016 se ha constatado cómo los soldados israelíes, explotando sin vacilar una autorización oficial, pueden disparar a matar contra palestinos por el sólo hecho de lanzarles piedras.
Como consecuencia, en los pasados ocho meses muchos de los 214 palestinos que han muerto a manos de los efectivos israelíes perdieron la vida en hechos que, en casi cualquier otro lugar del mundo, se hubieran resuelto sin sangre.
Como escenario de fondo, durante este tiempo se incrementaron los ataques a israelíes (muchos de ellos militares) realizados a modo personal y con armas blancas por palestinos, principalmente adolescentes.
El resultado casi inevitable viene en forma de disparos letales por parte de soldados y policías israelíes.
Resulta difícil imaginarse un escenario en el cual un soldado entrenado, con chaleco antibalas, casco, y quien probablemente sabe Krav Maga (arte marcial israelí), no sea capaz de controlar a una mujer o un adolescente armado con un cuchillo de cocina, comentan para Prensa Latina analistas regionales.
Sin embargo, el resultado visto tantas veces es que el uniformado opta por disparar a matar.
Ahora, presionado por una demanda judicial de la Organización No Gubernamental (ONG) Adalah, las autoridades de Israel divulgaron parte de los procedimientos en vigor que permiten a la Policía y el Ejército disparar con balas de combate a civiles palestinos.
El uso de fuego real, según revela esa ONG (Centro Legal para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel), puede constituir la primera respuesta de los soldados israelíes ante palestinos que lancen piedras, bombas artesanales o bengalas, sin que medien intentos de detener esas acciones con medios no letales.
Las nuevas regulaciones, autorizadas por el Fiscal General, Avichai Mandelblit, permiten incluso realizar disparos letales a quienes «estén a punto de lanzar» fuegos artificiales, bombas caseras (generalmente cocteles molotov), o piedras usando hondas.
Tras publicarse los procedimientos desclasificados en esta ocasión, Adalah advierte que quedan partes de las regulaciones que permanecen como secreto, entre ellas las normas de empleo de los fusiles Ruger (de francotirador) y el manejo autorizado a las autoridades para delitos relacionados con asuntos de seguridad.
Al comentar el contenido de los textos hechos públicos ahora, el abogado Mohamed Basam, a cargo de la petición de la ONG, aseguró que las normativas en vigor desde diciembre de 2015 permiten a la Policía de Israel comportarse de una manera criminal y descontrolada.
Las posibilidades de que el lanzamiento de piedras o el disparo de bengalas representen un peligro real para la vida (de los uniformados) son extremadamente remotas, y no hay duda de que esos incidentes se pueden manejar con el uso de medios no letales.
Tratar esos incidentes como si fueran acciones de guerra representa un peligro mortal para los jóvenes palestinos, contra quienes, enfatizó Basam, fueron redactadas específicamente esas regulaciones.
No obstante, según comentan expertos en política regional, es poco probable que la divulgación de normas cuyo seguimiento se observa desde hace meses en las calles de Israel, pueda detener el derramamiento de sangre de ciudadanos de un país ocupado.
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Por Manuel Vazquez